Navidad... Navidad... triste Navidad...
Las Navidades ya no son las de antes...
Me gustaba acostarme en mi cama, en las noches de vísperas y escuchar música romántica, con la luz apagada y las luces del árbol de pascua encendidas. Me cautivaba ver como prendían y apagaban las lucecillas de colores.
Llevo 3 años en mi casa... y este es el segundo año que no tengo árbol de pascua, ni espíritu navideño, ni ganas de hacer queque de pascua para regalar, ni ganas de hacer chocolates para regalar, ni ganas de hacer regalos (porque no tengo plata).
Añoro las Navidades que pasaba en casa de mi tía (cuando vivía allá) y estábamos solitos los tres (mi tía Haydée, mi hermano Iván y yo), esperando que llegaran las doce para entregarnos los regalitos que habíamos dejado bajo el árbol... y descorchábamos una botella de champagne y la tomábamos con helado de piña... y nos sentábamos en la sala de estar del segundo piso frente al televisor a disfrutar de dibujos animados navideños... y veíamos la historia del burrito con el ratón (Historia de un Burrito Pardo)... y el gatito lindo con Piolín... y Charly Brown y Bugs Bunny y sus amigos... y mientras saboreábamos esa maratón de dibujos animados, también disfrutábamos nuestra compañía y degustábamos cosas ricas que hacíamos... Queque de pascua (con chocolate) y cola de mono que hacía mi tía (y que sigue haciendo. Ella es tradicionalista para muchas cosas. Siempre tenía que haber torta para la Pascua y el Año Nuevo y para los 18 de Septiembre también) Y al otro día nos visitaba el tío Huguito (Q.E.P.D).
Hace tiempo que la Noche Buena la pasamos en casa de mi prima Mirtha... ésta será la primera Noche Buena sin ella... y tendremos que ir a su casa, para acompañar a mis primas (sus hijas) para que la nostalgia no sea tan fuerte, ni tan grande y no se transforme la festividad en llanto y pena por su ausencia...
Pero a mi no me gusta (y no me gustaba) ir a casa de Mirtha, porque ahí hay niños chicos y gritan y pelean y lloran... y arman un tremendo bochinche. O ¿será que me he transformado en una ermitaña al vivir sola y por eso ya no tengo tanta resistencia a ese tipo de manifestaciones?
Hasta he pensado en quedarme en mi casa y no salir para ninguna parte. Y acostarme temprano y hacer cuenta que es un día normal... pero no puedo hacerlo porque mi hermano querría que estuviera con él, así que me siento obligada a ir a pasarlo allá.
El caso es que la Navidad me trae nostalgia y tristeza. Y ya ni siquiera envío tarjetas de saludo, ni correos electrónicos... El espíritu navideño me ha abandonado y no sé, cómo recuperarlo... quizás cuando vuelva a encontrar el amor, vuelva a entusiasmarme.. pero hasta que eso no pase, seguiré añorando las Navidades del pasado.