Las Fresias

Mis ojos miran fijo la pantalla insensible del computador. Esa pantalla que aunque dura, me hace vivir emociones de vez en cuando, mostrándome un mundo real e irreal.

Me llega un olor suave, perfumado... son las fresias que traje de mi jardín y están aquí, a mi lado, en un pequeño florerito. Su fragancia me transporta a lugares insospechables. Me traslada al jardín de la casa de mi tía, me trae a la cabeza el recuerdo de mi abuelita Inés que siempre, era la primera en llevarme fresias de colores, cuando me iba a visitar en casa de mi tía. Y llegaba con su ramito de hermosas flores, no sólo de fresias, también de unas flores que sólo he visto en su jardín.

Las fresias me traen recuerdos de personas... de seres queridos que vivieron emociones también con ese aroma.

¿Existirá algún perfume con la fragancia de las fresias? Si existiera lo compraría, costara lo que costara... es que su olor es envolvente.

Yo recuerdo que siempre la venta de fresias comenzaba en Septiembre... el mes del amor. Pero en mi jardín florecen antes. El sol de Quilicura les gusta.

Alguien me dijo una vez, que yo era una enamorada del amor, más que del enamorado mismo... yo creo que es así, porque la primavera, septiembre, las flores y las fresias me llenan el alma de emociones y me siento la enamorada eterna... ésa que disfruta de la belleza de todo lo que la rodea.