Seguí al vecino!

Ah, pero no es cosa de llegar y seguirlo porque sea guapo, no! (bueno, tampoco está tan mal). Pasa que el viernes llegué a la Plaza de Quilicura a esperar la micro... luego de dejar pasar varias que no abrían sus puertas porque ya venían llenas, me subí en una 303c. Cuando me instalé en uno de los asientos desocupados. Vi que más adelante estaba el vecino, ése que se había venido conmigo en la primera micro... estaba muy sentadito a la ventana... entonces me pregunté ¿y éste, dónde se habrá subido? Mmmmmmm. Llegué al trabajo y me puse a mirar el plano. Estaba claro que no se bajó de la micro al mismo tiempo que yo en Matta, sino que siguió de largo un poco más allá. Miré los recorridos de las micros y me dije: “el lunes me voy más allá para tomar la micro más vacía”. No sabía donde tenía que bajarme, pero por suerte, me lo encontré esta mañana, así que me senté detrás de él, y lo observé. Todos se bajaron en Matta (como siempre, pero él siguió sentado), entonces yo también seguí sentada, hasta que lo vi pararse y ahí me paré también y me acerqué al timbre (él bajó por adelante y yo bajé por atrás, digo pa que no cachara que iba tras él). Se bajó y caminó... yo caminé mirando pa todos lados pa acordarme donde iba y mirando los letreros de las calles (en eso soy fijada). De repente se me perdió entre tanta gente, pero como tiene su cabeza cana, ligerito lo encontré. Hasta que me subí en la misma micro que él. Eso sí yo tuve más suerte, porque le eché el ojo a unos cabros vestidos de escolar, que supuse se bajarían pronto, así que de ahí nadie me movió. Cuando pasamos por la plaza de Quilicura la micro pasó rajada... yo miré a la gente que ahí esperaba y me pareció verme ahí esperando... absorbiendo todo el frío de la mañana... la micro pa qué decir no paró más porque se llenó y no cabía un alfiler. Pero gracias a mi ingenio me vine sentadita. ¿A alguien se le habría ocurrido seguir al vecino?