Una vez al mes... poco es!

"Los días pasan inexorables. El ánimo decae día a día. El dinero no alcanza, las deudas me agobian y debo analizar cada caso uno a uno, para poder decidir qué o cual pagar primero. Nunca había dejado de pagar una cuota. Jamás pagué con saldo anterior... como ahora.

La lluvia golpea la ventana, y tras esos vidrios semi empañados se ven nubes oscuras, cargadas de sinsabores. Pero después de esa tristeza de estos días de junio, viene la alegría casi ingenua de un día soleado... como hoy. Y así como vienen días alegres e iluminados, también deberán venir momentos de buena racha. Lo malo pasará y vendrá lo bueno... no puede ser siempre negro, no puede ser siempre frío.

Caminando hacia el trabajo... mirando el suelo, cabizbaja... ensimismada en mis pensamientos, vi como las hojas del árbol del plátano, estaban dispersas... aplastadas y pegadas al suelo mojado. Las vi en todas sus tonalidades, desde hojas muertas, arrugadas por el envejecimiento que producen las estaciones, como vivas, arrancadas de los árboles, por el viento y la lluvia inclemente. Que imagen tan bella para fotografiar. Qué lindas se veían las hojas: marrones, amarillas, verdes, pegadas al piso como un collage gigante. ¿Dónde he estado que no he podido admirar la naturaleza que tanto me gusta? ¿Porqué no he escuchado los latidos de mi corazón cuando me acuerdo de Alberto? ¿Porqué me he apagado como una vela mojada por la lluvia? ¿Porqué ya no canto cuando paso por entre los paraguas de la gente? Y... ¿porqué mi corazón hoy se siente solo y vacío?

El café... ya no tiene sabor.
La lluvia... ya no tiene canción.
El sol... ya no tiene color.


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El otro día vine al ciber. Todo me salía mal. No podía abrir Gmail, no podía abrir blogger, me cambié de un equipo a otro. Había mucha gente y encima no pude abrir el diskette con el escrito. Leyéndolo hoy ya no tiene tanto sentido como lo tuvo. Las deudas ya las pagué gracias a mi hermano que vale el cielo. No hay hermano más grande como el mío. No hay hermano que haga lo que mi hermano hace por mi. Me regaló 100 lucas para pagar mis cuentas. Aún no me terminan de pagar el sueldo de abril, menos el de mayo, y así vamos esperando a ver qué pasa y cuando pagan. Hoy nos encontramos en paro, paro de trabajadores. Estamos reunidos en una sala donde vemos películas, cantamos karaokes y nos entretenemos de alguna forma. Unos juegas cartas, otros dominó y otros leen el diario, otros conversan y miran el telón que proyecta el data. Yo, uso mi tiempo en algo útil. ¿No ven que yo soy el revés de las personas? Ellos siguen a la masa, yo no! Ellos se divierten con chistes fomes... yo no. Ellos se entretienen hablando cabezas de pescado... yo me entretengo con mi bordado (que ya terminé) y con mi tejido (empecé un pañito para mi mesa redonda, en último caso lo puedo regalar para la pascua. Quiero hacerme de un muestrario porque quiero vender mis creaciones). Y así aprovecho mi tiempo y pongo atención a lo que hablan a mi alrededor y también a lo que muestra la pantalla.

Extraño mi Internet. Extraño mi blog. Extraño a mis amigos. Extraño escribir.

Creo que mi próximo proyecto será comprar un notebook como el de mi hermano y ponerle Internet inalámbrico. Ya no quiero volver a pasar por esta situación de quedarme incomunicada del mundo. Los extraño tanto. Quiero visitarlos pero el tiempo se me va como agua entre los dedos cuando estoy en el ciber.

Quiero agradecer a todos quienes han preguntado y se han preocupado por mi. Ahora supe, con quienes puedo realmente contar. En momentos así, es cuando se conoce un poco más a las personas, y así yo los he conocido un poco más. Algunos te dicen “amiga”, cuando en realidad no lo somos. Amigos es un término ambiguo en estos días, para muchos no significa nada, es como decir, compadre o hermano a un desconocido... pero en el otro lado de la balanza, están las personas que te dicen “amigo”, sintiendo que eres parte de ellos y demostrándote con sus acciones, que tus comentarios y tus palabras realmente son importantes para ellos. Gracias entonces, a estos amigos... a los verdaderos, los que te consuelan y te apoyan, los que te vienen a visitar aunque tu no vayas, y te preguntan como estas, y te mandan correos a tu casilla para saber de ti. A todos ustedes, los que saben quienes son, muchas gracias. Espero estar de vuelta pronto.