El viaje de Krypto
El presente post iba a ser acerca de mi viaje a Coquimbo, donde pasé por segunda vez las Fiestas Patrias. Iba a publicar imágenes. Iba a mostrar flores, paisajes... la playa. Pero un hecho vino a cambiar el curso de las cosas.
Hay personas que no leen. No es, que no lean libros, sino que no leen instrucciones. No leen recomendaciones, ni indicaciones que traen las cajas, los envases, etc. Muchas de esas personas tampoco razonan y actúan a tontas y a locas.
Hace un tiempo conté una historia ¿recuerdan a Krypto de Kryptón? ¿recuerdan cómo llegó a casa? Krypto es un gatito romano naranja que llegó con su pancita rota un día domingo. Cuando vio a mi tía desde el tejado supo que era su mamá y se instaló en casa de mi tía ganando privilegios. Desplazando a Rayito. Él era el rey, y se le compró una cunita para que durmiera, en donde dormía a pata suelta casi todo el día. Cuando yo iba a visitarlos, él estaba raja durmiendo. Yo subía al segundo piso donde estaba su cama para regalonearlo. Es un gato muy pero muy habiloso y vivaracho. Sus amigos-vecinos-gatos iban a jugar con él todos los días, y él les convidaba de su alimento como si fueran sus hermanos. Algunos hasta lo acompañaban en el segundo piso a la hora de dormir. Su plato de comida siempre estaba lleno para él y sus amigos.
Para ser un gato macho, salió súper cazador. Por lo general son las hembras mejores cazadoras. Los gatos son flojos, apenas les da pa langüetearse y lavarse. Siempre están sucios y en época de celo hediondos a orín (de gato alzao). Krypto, el cazador, llegaba a diario con ratones, lauchas, gorriones y un día llegó con una tortolita que le quité del hocico.
Un día mi tía dijo: “Iván, el Krypto está enfermo, se lo lleva en el segundo piso, y no baja ni a comer”, cosa curiosa porque se lo pasa comiendo (igual que sus dueños jejeje). Cuando Iván subió a ver a Krypto y lo vio tan quietecito mirando debajo del sillón, le extrañó la posición en que estaba y pensando que debajo había alguna pelota o juguete que trajera para divertirse, levantó el sillón, y antes de que se diera cuenta saltó Krypto más rápido que el rayo a cazar una pequeña laucha que había traído para jugar. Los gatos juegan con su presa antes de echársela al buche, y Krypto frecuentemente llegaba con ratones VIVOS.
Él vivía feliz y contento, todos lo querían, hasta Rayito que al principio fue reticente. Todos acariciaban a Krypto, pues su pelito corto, era suave, sedoso y brillante. Él se dejaba querer y ronroneaba y se cariñoseaba en las canillas de uno. Mi tía babeaba por él, pues era como su niño juguetón.
En el vecindario hay muchos ratones. Los sitios y las casas son grandes y la gente cachuréa en vez de botar lo que no sirve, pero no importa... también hay hartos gatos que mantienen a raya a los ratones.
Una mano siniestra... inconsciente, ignorante, indolente y egoísta, no leyó las instrucciones del envase y sacó el veneno para ratas y lo puso descuidadamente sobre el tejado, sin importarle quien podría comerlo. La vecina, ya llevaba tres víctimas fatales (El Cobreloa, el gatito Romano y la gatita blanca).
Cuando llegamos de Coquimbo el domingo 21, Krypto no estaba en la casa. Lo llamamos ansiosos por todas partes, hasta que él llegó corriendo con su cola parada a saludarnos. Estaba tan contento con la llegada de sus papitos que andaba a la siga de mi tía como un perrito faldero. Hasta en mi cama se acostó, pero tuve que sacarlo porque es inquieto. El lunes por la mañana, cuando me venía al trabajo lo fui a saludar a su camita. Le hice cariño y le besé su cabecita rubia. Nunca pensé que sería mi despedida. El martes... mi tía me llamó muy temprano, cosa curiosa, pues nunca llamaba a esa hora. Algo había pasado.
A las cuatro de la mañana se levantaron a ver a Krypto que vomitaba, le dolía su pancita... a las seis de la mañana dejó de existir.
¡Por culpa de un miserable!, un maldito que puso el veneno y nuestro gatito y los de los vecinos lo comieron.
Mi tía lloró por su gato (ella nunca llora). Tuvo que hacer un hoyito en el patio para darle sepultura. ¿Cómo saber de quién es la maldita mano que ha hecho llorar a mi tía? ¿cómo saber qué persona indolente ha causado tanta desgracia en los corazones de las personas? ¿Porqué tiene que haber tanta maldad y tanto desapego y desprecio por las mascotas? ¡Maldita persona!, ojalá Diosito le traiga desgracias, quizá, ya se las trae y por eso actúa así.
Krypto se robó el corazón de todos. Lo único que nos consuela es saber que al menos, tuvo una vida feliz, a pesar del abandono de su niñez. Desde que llegó a la casa tuvo amor, preocupación de sus papis, le curaron sus heridas, tuvo amigos, comió con avidez y todos lo regalonearon. Feliz viaje mi querido Krypto, estas lágrimas, son para ti... (confieso que cuando lo escribí, se me cayeron las lágrimas).