miércoles, diciembre 17, 2008

Desenmascarándome

Varias veces de mi vida, mi tía se ha enojado conmigo. Cuando eso sucede echa afuera todo lo que siente y me lo lanza en la cara. Siempre dice que ella se postergó por culpa nuestra... que dio todo por nosotros y nosotros somos unos “mal agradecidos”. Dice que no la queremos y que sólo estamos con ella por interés. Si lo dice será porque ella está con nosotros por interés, más que interés material es interés afectivo (en el caso de ella). Yo no podría decirle a un hijo que está conmigo por interés. Ella dice que por nuestra culpa ella no se casó o no hizo una vida junto a alguien. Yo sé que eso no es así, que si ella se quedó sola y solterona, no es porque hubiésemos estado nosotros, sino porque ella quiso. Lo mismo pasa conmigo, si estoy sola es porque yo así lo he querido y he cerrado la puerta a las oportunidades a causa de mi exigencia y de mi modo de ver las cosas. Mi tía nos culpa, cuando nosotros éramos niños, tres, cinco y seis años. Nosotros no elegimos que ella nos criara y se hiciera cargo de nosotros. Nosotros no pedimos que mi papá nos llevara a vivir con su mamá y su papá y con ella. Nosotros no elegimos nada. Las cosas así se dieron y no pudimos elegir. Entonces ella nos crió a su manera, de una manera dura. Cuando me saca en cara lo que pasó me molesta, ya no me hiere. Lo ha dicho tantas veces que me ha curtido la epidermis. Sus palabras ya no me hacen llorar, pero si calan hondo... y duelen.

Ella ganó un premio en su empresa cuando trabajaba, hace más de veinte años. El premio fue como la “Mejor Funcionaria”, premio que otorgaban todos los años a un empleado de la empresa. Consistía en dinero en efectivo y un galvano recordatorio. El premio lo invirtió en mí. Me pagó un preuniversitario y yo lo desperdicié porque no estudié. Yo no pedí que me lo diera y ella sabía que yo era mala para el estudio. El otro día, me volvió a sacar eso en cara, junto con otras cosas: “Si estás así es porque no estudiaste y te farreaste la oportunidad”, así me dijo, y tiene razón. Yo maduré (si es que maduré) a destiempo. Llegué tarde a la repartición de maridos. Salí al mundo exterior cuando todo ya estaba repartido y todos estaban emparejados. Tarde me di cuenta que había que estudiar para ser alguien en la vida.

Yo siempre fui rebelde. Siempre llevada de mi idea (igual que mi tía). Cuando era chica me amurraba y no hablaba, eso fue hasta avanzada edad. Era orgullosa y rencorosa. Ahora creo que ya no soy así, me di cuenta que el orgullo y el rencor no sirven para nada, sólo sirven para endurecer mi corazón y yo no quiero un corazón duro e insensible. Mi vida de niña fue dura. No tengo ningún recuerdo de mi mamá hacerme cariño. Recuerdo cuando ella me peinaba y me tironeaba el pelo como con furia, o rabia, y a mi me dolía y me hacía llorar toda vez que me cepillaba el cabello. Los únicos recuerdos cariñosos que tengo son de mi tío Juan (el que nos regalaba libros), que me regaloneaba acariciándome el cabello para hacerme dormir. Y mi papá que siempre estaba dándome besos y abrazos (pero sólo besos y abrazos, nunca una palabra para decirme que hacía algo bien ¿será que hacía todo mal?). Cuando nos fuimos a vivir con mi tía ella tenía un genio endemoniado. Siempre estaba enojada, siempre gritaba y nos pegaba. Y yo, era la que más recibía la violencia con mi rebeldía. Y mi tía me dijo: “Acuérdate que érai harto porfiada, y que si te pegaba era para que entendieras porque eras harto dura”. Si, pero hay otros modos de enseñar. Y me puse a pensar que ella nunca me demostró cariño (de ternura, cariño físico, cariño verbal), sino que siempre me cacheteaba para que entendiera y me agredía verbalmente diciéndome: “soy tonta o te hacís?”. Yo odiaba que me tratara de tonta y creo que hasta cierta edad en cierto modo dudé de mi inteligencia. Ella siempre me apocaba con su trato. Vivía diciéndome que era guatona y que no comiera tanto, eso ¿causa traumas? ¿provoca complejos? Talvez es malo que ahora lo recuerde, pero ella se justifica diciéndome que si fue violenta fue porque yo no entendía. Pero, ¿alguna vez se ha preguntado porqué yo era así? Mi papá cuando estaba recién separado me hacía cantar. Era la gracia de la niña, y me hacía cantar en público. A mí me daba vergüenza, siempre he temido al ridículo, nunca me ha gustado que se rían de mí y por eso creo que soy una persona tímida. No me gusta que me miren porque me ruborizo. Y yo cantaba: “Yo, soy rebelde porque el mundo me ha hecho así, porque nadie me ha tratado con amor, porque nadie me ha querido nunca oír. Yo, soy rebelde porque el mundo me ha hecho así...” Hasta ahora realmente no había puesto atención a la letra. A los cinco años cantaba sin saber o entender lo que decía. Y si mi tía dice que yo “no entendía, era porfiada y burra” se debe a que no me trataban con amor. Se debe a que nunca fue capaz de decirme, bien, hiciste bien al hacer esto o lo otro. Cuando cocinaba desde los doce años jamás me encontró un almuerzo rico, siempre dijo está más o menos y eso también me hería. A veces lloraba en las noches porque me sentía incomprendida. Yo quería jugar a los doce años porque me sentía una niña y ella me mandaba a hacer cosas de grandes... cocinar, hacer aseo, hacerles las camas a los chiquillos. Ellos no hacían absolutamente nada, y se levantaban a jugar cuando yo tenía que hacer cosas. Yo quería jugar igual que ellos todo el tiempo, pero no podía. Y cuando me sentaban en el comedor a tomarme las tablas me pegaban porque no entendía. Mi papá no intervenía en la educación, era mi tía quien enseñaba a costa de lágrimas ¿cinco por cuatro? ¿cómo va a entender un niño a gritos? ¿cómo va a entender si no le explican las cosas con amor? Cierto es que yo soy muy porfiada, pero eso no justifica la violencia o si? Y yo llegaba al colegio con las piernas marcadas por la correa o la manguera y les mostraba a mis compañeras las piernas enrojecidas por los correazos. Eso yo no se lo reprocho a mi tía. Yo no se lo saco en cara cada vez que nos enojamos. Hasta lo entiendo porque yo misma le he dado un correctivo a mi hijo Horacio para que no se hiciera dentro de la casa.

La vida es dura y mi tía dice todo lo que invirtió en nosotros para que seamos mal agradecidos y ¿de qué manera quiere ella el agradecimiento? ¿Quedándonos en su casa para siempre y entregándole un aporte en dinero mensual de por vida? Un padre o una madre no le saca en cara a su hijo todo lo que hizo por él y tampoco le saca en cara sus propias frustraciones para decirle que por su causa ella no hizo esto y lo otro. Eso es muy feo. Habla de inmadurez emocional.

El otro día me dijo: “te fuiste de la casa y no me diste ni un peso más y me dejaste cuentas que tuve que pagar” Cualquiera que lee esto pensaría que me fui dejándole deudas a mi nombre que ella tuvo que pagar. Yo no seguí pagando el cable si yo ya no vivía en esa casa. Yo dejé de pagar la cuenta de la luz porque ahora tenía mi propia cuenta de la luz que pagar. Jamás alguien ha pagado una deuda mía... salvo ahora que ella me paga el dividendo porque yo recibo medio sueldo. Pero eso también me duele porque algún día también me lo va a sacar en cara. Porque ella ha hecho muchos sacrificios por nosotros ¿y los sacrificios que yo hice por ella? Yo invertí mucha plata en su casa. Yo gasté todos mis ahorros para ampliar la casa y hacer un segundo piso. Le puse cerámicas a toda la cocina, le cambié las cerámicas completas del baño en sus paredes y su suelo. Le compré los dos vanitorios de los dos baños, puse la cerámica del baño de arriba también. Puse la luz en el pasillo de la casa, ayudé con el financiamiento del barbecue, ¿todas esas inversiones no cuentan como sacrificio para ella? Y capaz que el día de mañana también me saque en cara la ayuda que ha hecho en mi casa. Me da rabia su pensamiento egoísta y materialista. Todo se mide en base a la plata y el cariño que se demuestra no vale nada para ella. Y si no se demuestra de la manera que ella quiere tampoco es válido.

Ahora está en Coquimbo. Tuvo una pelea heavy con Iván (y de esa pelea salió todo lo anteriormente descrito). Él está saliendo con alguien y ella no quiere, porque no quiere quedarse sola, vivir sola, vivir sin depender de alguien. Entonces se fue a Coquimbo como una manera de demostrarse que si puede vivir sola y como forma de castigarnos un poco yendo a pasar la Navidad y el Año Nuevo por allá lejos de nosotros. Hasta antes de que todo esto pasara, yo estaba preparando un post..

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La Cena de Navidad

Hace cinco años llegué a vivir a Quilicura, a mi casa propia. En todos esos años, nunca pasé una Navidad o un Año Nuevo en ella. Los regalos nunca han esperado bajo mi árbol de Pascua para ser abiertos. El arbolito siempre estuvo desprovisto de regalos y la casa tampoco fue adornada con gran ahínco, ¿para qué si me iba a pasarlo fuera?

Este año, será DIFERENTE. Después de un pésimo año laboral (aunque no ha sido tan pésimo, puesto que si estuviera cesante sería lo peor. Por lo tanto, dejémoslo en un mal año), después de un mal año le he dicho a mi tía: “si no vienen a pasar la Navidad a mi casa, yo no voy a ninguna parte”, aunque eso implique acostarme temprano como cualquier día del año. Mi tía y mi hermano aceptaron (a regañadientes) ir a pasarlo conmigo y eso ya es un gran acontecimiento para mí. Eso significa preparación de muchas cosas, significa pensar con antelación para que todo salga perfecto y estos últimos días los he dedicado a mi primera celebración de Noche Buena.

Tengo ganas de hacer cosas, estoy con energías y quiero hacer hartas cosas. Pero hacer una celebración no es cosa de un día para otro, no... requiere de grandes preparativos y de tiempo para ejecutarlos.

Sábado 22 de Noviembre: La elección del Menú.

Elegir un menú tampoco es cosa fácil, si consideramos que mi hermano y mi tía son gourmet para sus cosas, por lo tanto no puedo llegar y hacer un pollo asado, tengo que elegir algo para “sorprenderlos” y para ello saqué un cuanto hay de revistas y libros de cocina, en los que he buceado para encontrar la propuesta perfecta.

Siempre que elijo un menú, hago una lista de los ingredientes a utilizar. Luego pienso en qué lugar los puedo encontrar para ver qué día puedo ir. En este caso, a parte del menú he decidido hacer: Pan de Pascua, chocolates y torta.

Los chocolates los voy a hacer porque como no tengo dinero suficiente para hacer regalos, regalaré una cajita de chocolates caseros. La cajita es austera, cuatro a cinco chocolates de distintos sabores (más adelante indicaré el detalle de ellos acompañados con sus respectivas imágenes captadas por mí obviamente).

Miércoles 26 de Noviembre: Visita al casero frecuente.

Hace años que no iba a visitar a mi casero de frutos del país. Desde que me fui de la casa de mi tía dejé de hacer tortas y pasteles. Antes iba en el metro hasta Cal y Canto y caminaba hasta casi llegar a Recoleta. Ahora me bajé en la estación Patronato y caminé en retroceso hacia el Río Mapocho. Me metí en el pasaje y con horror descubrí que el negocio de mi casero se había incendiado. Al ver su local casi me morí de la impresión, no lo podía creer. ¿cuándo ocurrió que no supe? ¿qué sería de mi caserito? Me lo imaginé bajo las llamas en una imagen horrorosa y espantosa, salí del pasaje y caminé hasta Recoleta ¿dónde voy a comprar ahora? Mientras pensaba en eso vi una micro que llegaba hasta el centro, me puse a esperar una e ir al siguiente lugar (DISA) según la lista de necesidades. Seguía pensando donde iba a comprar las nueces, las pasas y almendras que estuviesen a un precio razonable dado la época del año. Entonces se me iluminó la ampolleta y me dije, talvez encuentre otro lugar donde comprar por aquí cerca, me devolví al pasaje de mi casero y pasé al siguiente, pero al llegar al siguiente y leer el nombre de la calle “Trieste” vi que había entrado al pasaje correcto, y que el otro no era el de mi caserito, ¡uy! El alma se me vino al cuerpo, casi corrí de emoción hasta llegar a un localcito que tenía a la vista los frutos más deliciosos, olía a canela, olía a vainilla, a anís, a pimienta... el casero me saludó tan afable como siempre, que gusto verlo, después de tantos años, estaba igualito y tenía un gatito adolescente, peludo blanco con negro de mascota. Mientras mi casero atendía a los anteriores a mí, yo me entretuve jugando y acariciando al gatito. ¿A como están las nueces? Estaban carísimas. Tenía nueces partidas más baratas, pero no hay caso conmigo, me gusta lo bueno aunque sea caro, elegí la nuez mariposa, la más grande y linda. Tuve que obligarme a comprar sólo ¾ de kilo porque sólo llevaba 12 lucas como tope de gasto. Entonces probé (a instancias de él porque si él no me dice yo no pruebo), las pasas y las ciruelas sin carozo. Compré las nueces, medio kilo de pasas rubias, medio de pasas corinto, un cuarto de kilo de almendras, un cuarto de ciruelas blandas (a las que le haré un tajito para rellenarlas con un trocito de mazapán y luego bañarlas con chocolate), un cuarto de kilo de cerezas confitadas y me alcanzó hasta para 100 gramos de pimienta negra entera (aunque el caserito me rebajó unas chauchas también). Al fin sacaré el pimentero que me regaló el Ivancito en otra Navidad y le voy a dar uso antes de la ampliación de mi cocina. Las cosas las guardo para usarlas en el momento preciso. Me fui feliz con mi compra y me despedí de mi casero quizás hasta qué año más.

Jueves 27 de Noviembre: DISA

DISA es un local especializado en comida y repostería, donde venden productos a granel y al detalle. Está ubicado en el centro de Santiago. Allá llegué tempranito antes de irme a la oficina, ejem... no tan tempranito recuerden que llego a las diez. Compré cobertura bitter y de leche para fundir, y azúcar impalpable para hacer las trufas.

Miércoles 3 de Diciembre: Cherry

Cherry es otro local de repostería que está ubicado en Manuel Montt, ahí compro algunas esencias y otros productos de importación, como la Vainilla incolora para saborizar el merengue y otros productos de difícil ubicación como la chancaca blanda o el estabilizador de crema. Compré Chancaca, un molde para chocolates (porque necesitaba otro), extracto de Vainilla y las cajas para los chocolates.

Por la tarde fui al supermercado a ver si encontraba salmón ahumado en láminas y saber su precio para comprarlo más adelante, lo mismo el queso crema, voy a hacer una tarta con estos elementos.

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Ahora ya no quiero seguir escribiendo ni de esto ni de nada. Aunque los preparativos de Noche Buena siguen en pie ya no es igual el entusiasmo. Igual haré cositas ricas para mis invitados pero sin mi tía no es lo mismo.

He hablado con mi tía, ya está mejor, más tranquila... pero a mí me afectó mucho todo lo que pasó. Tuve unos días horribles, entre lágrimas de mi hermano y mías y de ella también. Y este estado de ánimo me lleva a decirles lo siguiente:

Queridos amigos: Siento que la Señorita Angélica ha cumplido un ciclo de su vida. Este blog nació en un afán de contar mis peripecias, mis sentimientos, mis situaciones de vida, todo enmarcado en un deseo incontrolable de escribir... un anhelo de volcar al papel mis palabras y todo lo que quería expresar. He escrito de tantas cosas, como es la vida. Y me he sentido enriquecida en cada comentario (bien intencionado) que me dejaron (porque también los hubo de los otros). Sentí en cada respuesta que mi misión de comunicadora estaba siendo completamente percibida por todos ustedes. Hoy me siento cansada. Los problemas laborales me dejaron sin Internet desde abril, lo que ha significado una lejanía de mi casa (mi blog). Ya no tengo ganas de actualizar. Ya no pienso en lo que publicaré en el próximo post y no es que se haya agotado la creatividad (creo que tengo para rato), sino que es puro agotamiento intelectual. Por lo tanto, y considerando la necesidad de un tiempo de sanación, es que he decidido finalizar este espacio. No sé si será cerrado por mucho o poco tiempo. No sé si actualizaré otros espacios que tengo, no sé si volveré a abrir este mismo, nada sé por el momento, sólo sé que quiero terminar el tejido que estoy haciendo y que me dedicaré al descanso, al cultivo de mi jardín y a la lectura de los libros que me presta mi hermano. Necesito conocer otras cosas. Necesito cambiar mis pensamientos hacia otros rumbos. Necesito desintoxicarme para continuar. Con toda esta trifulca que se ha armado hasta me he sentido sola. He sentido la falta de un hombro (hombre) en el que apoyarme para llorar. He sentido que de repente (muy de repente), necesito alguien que me acaricie con ternura. Y he descubierto también que puedo vivir perfectamente sin Internet. Gracias a Dios tengo una amiga maravillosa con la que puedo contar siempre, en las buenas y en las malas y ella me ha apoyado y me ha prestado su oído para llorar en él.

Hasta pronto queridos amigos. Cada vez que pueda, pasaré a visitarlos para saber como van, porque no quiero perder los pequeños lazos de amistad que se han ido formando a través de este espacio. Los quiero un montón. Y como dijo Pedro Vargas: “Muy agradecido, muy agradecido, muy agradecido”.

Foto: Esta Cala roja me la obsequiaron de regalo de Pascua, ahora pertenece a mi jardín.

Feliz Navidad y un Año nuevo mejor que el que se va. Hasta siempre y para lo que me necesiten no duden en escribirme, mi casilla siempre estará abierta para ustedes.