¿Quién te invitó?
- ¡ANDATE! ¿vienes aquí para vigilarme?
Su enorme cabeza rubia se asoma por el ventanal de mi living. Lo observo, él me mira sin miedo. No quiere irse, pero yo hago un rápido movimiento para que huya... pero se vuelve tranquilamente y se va. Sabe que no correré tras él. Sabe que ya me aburrió con su porfía, sabe que mi paciencia tiene un límite y ya la perdí con él. Sabe incluso que si corro hacia la manguera, no lo mojaré, porque me da lástima.
Está bien, quédate, cómete la comida de mis bebés, duerme con ellos en la terraza, pero por favor, no les pegues ni marques territorio con tu orina. Ellos son los dueños de casa, no tú... gato feo!
