Los Mariscos
Ah! Los mariscos son una pasión para mi (bueno, hay hartas cosas que me apasionan). Pero los mariscos son un placer... intenso... los imagino en mi boca y ya voy sintiendo bajo mi lengua una salivación que me provoca deseos de volver a comerlos. Es que el fin de semana largo fui a Coquimbo con mi tía y mi hermano. Tenemos casa allá, es una casa de veraneo. Es nueva, tiene todo nuevo, muebles nuevos, loza nueva, vasos nuevos, frazadas nuevas... todo es nuevo. Está ubicada en la Sindempart, ahí... cerquita de la YPF, frente a la Herradura. Y cada vez que vamos es tradición ir a comprar pescados y mariscos.
Iván es igual que yo, a ambos nos encantan los productos del mar. Cuando llegó con la bolsa de las compras. Yo no pude aguantar mucho y esperar a que mi tía abriera las bolsas y colocara los mariscos bajo el agua... me adelanté con la bolsa de los ostiones y los vacié en un colador... solté el chorro de agua y los lavé de una pasada y empecé a comérmelos. Mmmmmm, qué ricos son los ostiones! Luego saqué de su bolsa los camarones... mmmmm, qué ricos son los camarones! Seguí con las machas... mmmmmm... luego las chochas (las chochas no se conocen acá, son como loquitos chicos, de carne blanda y blanca, son deliciosas, las lavaba y me las echaba a la boca, así no más, sin limón sin nada)... y finalmente concluí con los piures... ay esos me fascinan más que nada!
Después que saborié todo lo que pude (y mi tía me dejó, porque ligerito empieza a pegarme palmadas en las manos para que no saque nada más), y luego que Iván se preparó su vasito con los mariscos mencionados con limón y pimienta, yo me dispuse a preparar el Mariscal... exprimí varios limones y los dejé macerar un rato, luego piqué cebolla morada en cuadritos y el cilantro... agregué aceite, sal y pimienta a gusto y los comimos.
Al otro día hice empanaditas de mariscos (resulta que mi tía compra harto, cada vez que compra. Entonces una parte la comimos ese día viernes, otra parte la preparamos en empanaditas el sábado y otra parte se congeló para un próximo viaje). Somos previsores en ese sentido, nuestros refrigeradores siempre tienen más de algo congelado para cuando las vacas están flacas. Las empanadas estaban deliciosas. Yo hice la masa mientras mi tía hizo un pino de cebolla frita y aliños... y cuando comencé a llenar las empanadas, coloqué el pino, el huevo duro, la aceituna y luego los mariscos crudos, así cuando se frieran quedarían justo en su punto y no se pondrían duros. ¿Sabían que los mariscos cuando exceden su cocción se ponen duros? Eso pasa generalmente con las sopas de almejas. Aunque yo los prefiero crudos.... mmmmmm si de sólo redactarlo ya me dieron ganas de volver a Coquimbo a comerlos. Me gustan tanto, que hasta he llegado a pensar que soy hija de pescador!