
¿O dentro de ella? Bueno, fuera de casa porque no la pasé en mi casa de Quilicura. Casi nunca lo paso allá en realidad, me voy a pasarlo a la casa de mi tía, junto a mi hermanito que todos saben es mi “Gran Hermano”. Pero este año, tampoco lo pasé allá, sino que por primera vez (y aprovechando el fin de semana largo), nos fuimos a nuestra “otra” casa, la de Coquimbo. Allá donde compró mi tía, con su esfuerzo de más de 35 años de trabajo, junto a mi hermano. Es una casa nueva muy bien ubicada, a media cuadra de la playa. Como siempre la invitación fue de mi hermano, quien corrió con todos los gastos (así es mi hermanito querido, me saca a pasear cada vez que puede –y que yo quiero, porque a veces no quiero y no voy tampoco).
Nuestro viaje emocionante comenzó el viernes mismo por la noche. Partimos rumbo a nuestro destino anhelado (mi tía había comprado los pasajes hacía como un mes, porque hasta para eso somos previsores, ida y vuelta por cierto, para viajar sin preocupaciones). Llegando allá, tipo cinco y media de la mañana, lo primero que hacemos es abrir el refrigerador, porque la noche y el viaje nos da sed. El gordi, siempre tiene alguna cervecita o bebidita helando. Luego nos acostamos y a las ocho y algo ya estábamos todos en pié.

En eso sonó el celu de mi hermano y era nuestro “casero taxeril”(casero pues siempre nos hace los viajes para todos lados y en eso también somos leales, siempre con el mismo... y taxeril porque tiene un taxi y nos traslada en él), pues él, esta vez, nos iba a llevar a Andacollo (visita casi obligada la mayoría de las veces que viajamos, puesto que mi tía y mi hermano, son muy creyentes de la virgen de Andacollo. Yo también le creo, pero la verdad que nunca pago las mandas que hago, así que casi con vergüenza puedo mirarle los ojos, pero también creo que ella debe entender mi situación financiera y comprenderá también que por más que quiera darle platita no puedo).

Andacollo, está ubicado a 56 kilómetros al sur este de La Serena (capital de la cuarta región). Está hacia la cordillera, a 1.100 metros sobre el nivel del mar. Es calurosísima la mayor parte del año, por lo tanto es árido y seco. Es zona minera, donde se extrae oro y cobre.

Bueno, para allá partimos. Salimos como a las diez porque la misa era a las once, y el viaje demora una hora aprox. El viaje es precioso, al menos para mi gusto, saliendo de La Serena hacia la cordillera se ven sembrados de lechugas, papas, alcachofas, cebollines y otras verduras. Allá se dan hasta en las calles los Papayos, algunas casas tienen alguno, como nosotros tenemos limones o naranjos. Al final de ese camino hay una bifurcación que nos lleva al pueblo de Andacollo. Ahí se pone más linda la cosa, porque vamos subiendo por curvas que muestran un paisaje impresionante. Los cerros están llenos de cabras locas de diversos colores, las que producen el queso de cabra que se comercializa en las ferias y en las carreteras... a mi me encanta mirarlas. Me gusta mirar la flora y la fauna. Mi máquina fotográfica hizo de las suyas por allá, fotografiando todo lo que pillaba y me parecía bello. Pero lo que más me gustó lejos, fue ver las calles de Andacollo con sus banderitas chilenas. El 18 (de Septiembre) estaba presente por todas partes y yo en mi salsa como buena chilena (en mi cueca en realidad), el casero taxeril, se llama Patricio, y don Pato, hasta llevaba unos Cds amenizadores del momento, escuchamos al Temucano y a varios más, entre ellos la Canción Corazón de Escarcha que es tan hermosa. Eso me dio varias ideas (creo que abriré otro Blog de letras de canciones). Nos deleitamos también con las cuecas y tonadas, la Consentida la tocaban a cada rato y es una de las cuecas que más le gustan a mi hermanito.

Cuando estábamos en la misa, pasó la señora con una bolsa que parecía pa cazar mariposas, pidiendo la limosna y ahí saltaron los únicos quinientos pesos que tenía, pues mi hermano me pidió una moneda porque él no tenía sencillo, y ese fue casi... ¡ojo!... casi, único aporte del viaje (yo también le eché moneditas a la bolsa eso si, pero no se cuenta como un gasto). Del aguinaldo escuálido que recibí (el que igual agradezco, porque peor es nada), le di cinco luquitas a mi tía, era poco, pero pretendía comprar allá en el Supermercado con mi tarjeta de crédito, pero ella no me dejó porque no quería que me endeudara más.

Al subir al taxi para devolvernos a Coquimbo, pasamos por un lugar donde había un animal, entonces comenzó una discusión entre mi tía y mi hermano.
- Es un burro – decía mi tía
- No, un caballo
- ¿Tan chico? Es un burro!
- Es un poni – decía mi hermano – mírale las orejas poh! Si las tiene “grandes” es un burro.

La suerte puso un burro en el camino para que no hubiese dudas. Juzguen ustedes.
Seguimos la ruta y vi a lo lejos El Tololo, así que paramos de nuevo pa tomarle una foto, pero mi tía me apuraba tanto que no me dejaba aplicar el triple zoom de la máquina, porque el Tololo era un puntito (El Tololo por si alguien no sabe es un Observatorio. La zona norte, es un lugar privilegiado para la observación astrológica debido a sus limpios cielos. Allá se encuentran los siguientes observatorios (este es un pequeño barniz de cultura)).

(La foto que tomé del Tololo, la acerqué después. El cuadro chico es la ampliación que hice, y el círculo indica el lugar que fue ampliado. Observen la nieve de la cordillera, cosa poco común por allá).
- Observatorio La Silla: Ubicado en Cerro La Silla entre Vallenar y La Serena a 2.400 mts. sobre el nivel del mar.
- Observatorio Interamericano Cerro Tololo: Ubicado en el interior del Valle del Elqui a 2.200 mts. de altura.
- Observatorio Astronómico Comunal Cerro Mamalluca: Ubicado en la ciudad de Vicuña, a 60 kms. de La Serena, 1.200 mts. de altura.

- Observatorio Astronómico Las Campanas, a pocos kilómetros al norte del Observatorio La Silla.
De vuelta en Coquimbo don Pato nos dejó en el supermercado, hicimos nuestras compras y nos fuimos a la casita a preparar el almuerzo. (Foto oficial del Tololo, bajada de internet).
Continuará...